La ganadería ecológica marca la diferencia en Baleares
Según un reciente estudio publicado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente centrado en 2011, el número de explotaciones ganaderas ecológicas en Baleares representa el 6,60 por ciento de las 6.074 existentes en toda España. Sólo superada por Andalucía (que concentra el 60% del total) y por Catalunya, Baleares está a la par que Asturias y supera con crece a territorios como Aragón (0,53%), Canarias (1,33%), Castilla y León (0,74%), Madrid (0,28%), Murcia (0,08%), Navarra (1,04%), La Rioja (0,30%), País Vasco (1,38%), la Comunidad Valenciana (0,35%), Cantabria (2%), Castilla La Mancha (3,06%) o Extremadura (3,18%).
Los porcentajes suponen un gran indicador del posicionamiento del sector en las islas. Para un territorio reducido e insular como Baleares, el tener 400 explotaciones ganaderas ecológicas implica una apuesta por una vía de sostenibilidad ambiental, social y de soberanía alimentaria para con el territorio. Probablemente también haya factores implícitos a esta realidad, que hablan de adaptación al medio con explotaciones pequeñas y una gran diferencia entre aquellas situadas en lugares como la Serra de Tramuntana en Mallorca, en relación a aquellas en los lugares más llanos y secos de las islas.
Hace poco, Aina Calafat, directora técnica del Consell Balear de la Producció Agrària Ecològica (CBPAE), nos señalaba cómo eran los procesos de certificación en ecológico. Normalmente deben pasar un período de conversión, que varía de dos a tres años según el tipo de producción que han tenido anteriormente. En este sentido, la ganadería ecológica se diferencia de la tradicional en que utiliza un sistema de producción animal basado en la no utilización de productos químicos de síntesis (abonos químicos, herbicidas, piensos con aditivos, etc.), en el bienestar animal y en el respeto absoluto al medio ambiente, con el objetivo de mantener y aumentar el valor ecológico de la zona de producción. Con ello se obtienen alimentos de máxima calidad, saludables, de alto valor nutritivo y sin residuos químicos de ningún tipo.
Una de las variedades autóctonas ganaderas más carismáticas de la isla de Mallorca es, sin duda, la ovella roja mallorquina. Fruto del cruce de razas europeas con africanas, aún podemos disfrutar de un reducido censo de ejemplares en la isla, gestionado y controlado por la Asociación de Ganaderos de la Ovella roja. Aunque no es una raza especializada en la producción cárnica, el principal retorno económico que produce hoy en día procede de la venta de crías para consumo. Por el contrario, tradicionalmente su mayor potencial siempre estuvo ligado a la producción de leche. A pesar de vivir y estar adaptado a terrenos de climatología más bien seca, es capaz de aguantar épocas de sequía y alimentarse con pastos típicos de este tipo de clima, produciendo leche en cantidades óptimas.
Estas circunstancias han hecho que, históricamente, sea una variedad muy apreciada y codiciada en áreas del sur de Mallorca, principalmente en los municipios de Llucmajor, Algaida, Montuïri y Campos, en donde ha sido y será un elemento característico del paisaje rural de la zona. Por supuesto, que no podemos olvidar del reconocido cerdo negro mallorquín, elemento clave e indispensable para la elaboración tradicional de Sobrasada de Mallorca. Menos productivo que otras razas, el cerdo negro mallorquín pasó de copar el 97% del censo porcino de las Islas Baleares a mitad del siglo a XX a estar a punto de extinguirse a principios de los 90 debido a la introducción de otras razas, el cruzamiento indiscriminado o el cese de la actividad por parte de muchos ganaderos. Afortunadamente, hoy en día, con 64 explotaciones activas en marcha, su futuro está garantizado.
Comentarios
Un comentario
Hola, podrias recomendar alguna marca mallorquina de leche?