El Huerto Escolar, un recurso por descubrir. II- Organización del trabajo
Como vimos en mi primer post, El huerto escolar, un rescurso por descubrir, las oportunidades docentes del Huerto son tantas como estemos dispuestos a explorar. Con esto quiero resaltar la importancia de establecer, como responsables del recurso, un grado de compromiso con el proyecto. Es muy importante establecer los límites, los objetivos que queremos alcanzar. Hay que ser realista, saber que si es la primera vez que organizamos una actividad semejante, probablemente nos cueste un poco más arrancar y atraer adeptos a la causa. No pensemos en 2000m2 con varios cultivos pensando que así el Huerto será mejor… Sentido común. He visto fracasar proyectos maravillosos, con terrenos y posibilidades materiales buenísimas por esto; la realidad no era compatible con los deseos.
No quiero desanimar a nadie, TODO lo contrario, es muy fácil y divertido poner en marcha un Huerto Didáctico, pero hay que involucrarse en él sabiendo que no vamos a dejarlo al tercer mes por falta de recursos, tiempo o peor aún, de ganas, de desánimo. Hay que alejarse del desánimo, o nos será dificilísimo abordar el reto de nuevo…
Los alumnos deben sentir el Huerto como algo suyo, no como algo ajeno que se desarrolla en paralelo a su actividad habitual. Es muy importante emplear el tiempo necesario en una primera fase de motivación.
Fase de motivación
Para implicar a los alumnos, desarrollaremos estrategias tales como:
– Visita al mercado. Investigación acerca de las hortalizas. Origen, precios, temporadas…
– Talleres para decorar el aula. Pósters, fotos, dibujos, manualidades…
– Realizar encuestas a familiares y amigos. Vinculación con el campo…etc
– Excursiones a Huertos Escolares, granjas escuelas, jardines botánicos…
Recapitulemos. Queremos desarrollar objetivos docentes a través de un Huerto. Estudiamos las posibilidades reales de llevarlo a cabo y nos comprometemos con ello. Involucramos al alumnado. Ya estamos listos para empezar a organizar nuestro trabajo.
Fase II; Organización del trabajo.
La organización de un Huerto didáctico es compleja pues depende de muchos factores:
– Adecuación del calendario escolar al calendario de siembras, cosechas, resto de actividades..
– Las peculiaridades de cada Centro. Número de alumnos que participarán (Nº de clases), edades, sus capacidades, objetivos planteados…
– Manejo de herramientas poco habituales, que además deben usarse con responsabilidad.
– El trabajo de hoy, repercute en el de mañana. Necesidad de organización previa para no solapar actividades ni dejar de hacer otras.
– Imprevistos meteorológicos (lluvia, frío…). Hay que tener alternativas en el aula (talleres, semilleros)…
A partir de estas condiciones, podemos imaginar que la organización que se propone no es válida al 100%, ni única. Cada Centro dispondrá de un número de condicionantes y recursos diferentes.
Para organizar el trabajo, es necesario partir del espacio físico donde se situará el Huerto.
Debemos elegir un terreno que cumpla unas determinadas condiciones (fácil acceso, nivelado, sin conducciones eléctricas, disponibilidad de llevar agua, alejado de campos deportivos, fácil acceso y estar alejado de grandes árboles y edificios –evitar zonas sombreadas-).
El terreno puede estar o no en el Centro, aunque lo más recomendable es, sin duda, la primera opción. Trabajaremos en el modo de organización de un Centro con terreno.
El Coordinador
Es una figura clave. Será la persona encargada de distribuir las tareas, de coordinarse con el resto de profesores, de unificar su trabajo. Debe tener una visión de conjunto del Huerto. Recogerá y distribuirá la información necesaria y realizará reuniones periódicas (semanales o quincenales) con sus compañeros para planificar el trabajo de los diferentes grupos.
La experiencia nos dice que la figura del coordinador es fundamental. Debe tener la energía y la preparación necesaria para ayudar, para dirigir el proyecto en determinados momentos clave. Es aconsejable que al menos esta persona esté familiarizada con el recurso o haya asistido a un curso de formación de profesorado al respecto.
Para agilizar la información entre los diferentes grupos de trabajo y que las actividades que se desarrollen se lleven a cabo con éxito (esto es que se alcancen los objetivos didácticos, no producir millones de tomates), es muy interesante la utilización de fichas, esquemas que pueden fácilmente intercambiarse en la sala de profesores o un determinado lugar para ello.
Cada Centro adecuará el formato. He aquí algunos ejemplos que ayudarán a la organización general del recurso.
Por último, y adelantando lo que serán las próximas publicaciones, es importante preparar el trabajo en el Huerto con la suficiente antelación y preparación. En función del tipo de cultivo (rabanitos que crecen muy rápido o espárragos, casi perennes), la actividad a desarrollar (sembrar o recoger)… etc , el alumno deberá saber y entender, qué va a hacer, qué herramientas va a utilizar, en qué consistirá su labor… es decir, hay un trabajo previo en clase, antes de trabajar en el Huerto.
De hecho, el trabajo tendrá 3 fases. En el aula, en el huerto, y de vuelta al aula. Cada fase debe prepararse minuciosamente.
Algunas recomendaciones para principiantes a la hora de organizar el trabajo:
– Comenzar con tareas sencillas y grupos reducidos hasta coger confianza en nosotros mismos.
– El manejo de herramientas debe estar precedido de una explicación y entendimiento, de cómo se usan. Normas básicas y fundamentales de seguridad. Nos aseguraremos de que no haya muchos alumnos trabajando con determinado tipo de herramientas a la vez.
– Habrá diferentes grupos de trabajo que irán turnándose. Habrá un grupo que requiera más nuestra atención, y otros haciendo tareas “más de relleno”, como limpiar semillas, dibujar, quitar piedras…
– Dejar que sean los alumnos, en todo momento, los protagonistas de las tareas, que no se conviertan en espectadores.
– Tener previsto el tiempo suficiente para cada tarea y recoger al final de clase. Incluyendo el trabajo de después del huerto, para supervisar las tareas, y ver si se han hecho bien, qué hemos aprendido, etc…
De la misma manera que el Huerto es un elemento globalizador y multidisciplinar, la organización del mismo, requiere una visión global del mismo, por lo que la organización que proponemos, es tan sólo un esbozo, que requiere de la toma de decisiones previas y sobre la marcha del proyecto.
Comentarios
2 Comentarios
Buenísimo artículo, enhorabuena!, ojalá lo leyeran todos los docentes de centros públicos (sobre todo). Con el Huerto Escolar además se pueden implementar otros conocimientos de física, química, matemáticas,… hasta idiomas!. Qué pena que la mayoría de las veces la asignatura de “hort” es la menos valorada por todos, dirección del centro, profesorado… y por ende los propios alumnos.
Muy bueno