Seis problemas del cultivo de la almendra en Mallorca
En la actualidad se aprecia una peligrosa tendencia hacia el abandono del cultivo de la almendra en Mallorca, que puede llegar a desaparecer en unos pocos años según muchos productores. Hay un desánimo generalizado que es necesario revertir, sumando esfuerzos para potenciar el consumo de proximidad y la interacción con otros sectores económicos, especialmente, el turístico. En este sentido, hay que tener en cuenta que con el cultivo de la almendra también se perdería un activo muy importante a nivel económico, social y ambiental. Aquí dejamos seis de los principales problemas a los que se enfrenta la pequeña industria de la almendra en Mallorca:
- La importancia de la almendra como un cultivo tradicional en Mallorca de gran arraigo no se corresponde con el valor que tiene en el mercado: el sector se encuentra en dificultades y el precio que se paga a los payeses es muy bajo.
- En la última campaña se pagó a 0,45 céntimos de euro el kilo, un precio que aumenta algo en caso de ser cultivo ecológico. Si atendemos que los costes por hectárea a 817€ y que la producción por hectárea es de unos 770 kg, los payeses obtienen 385€ de ingresos por hectárea, lo que no cubre ni la mitad de los gastos.
- Fuerte competencia con otras regiones como California, Turquía o Australia, con cultivos intensivos de otras variedades más productivas. La almendra en Mallorca tiene muchas variedades y es de gran calidad organoléptica, algo que no se remunera en el mercado.
- El precio de la almendra viene fijado por la Lonja de Reus antes de comenzar la campaña, lo cuál no deja mucha capacidad de maniobra a los payeses.
- Para poder mantener los campos de almendra se termina recurriendo a las ayudas de la PAC, que obligan a los payeses a entregar toda la producción a las cooperativas de primer y segundo grado, que se encargan de comercializar la almendra y también pueden gestionar la producción atendiendo a las exigencias del mercado global.
- Ante esta realidad, el payés se encuentra con dos alternativas. Por un lado, recibir las ayudas pero con el condicionante de no poder vender directamente la almendra. Por otra parte, no acceder a las ayudas de la PAC, pero afrontar dificultades y sobre costes añadidos que conlleva la producción a pequeña escala de la almendra, sobre todo en mano de obra. La selección ha de hacerse manual y sólo hay unos pocos lugares acondicionados para hacerlo de forma tradicional.
Con la desaparición de la almendra podría peligrar toda una serie de bienes y servicios de tipo social y agroambiental ligados a la producción de la almendra, que no tienen en cuenta los vaivenes del mercado. Peligros desde la defensa y cuidado del paisaje agrario y rural, la supervivencia de la pequeña industria tradicional asociada o la diversificación de la actividad agraria hasta la influencia sobre la economía local de pequeña escala o la continuación y difusión de pequeñas prácticas agrotradicionales, que son parte de la esencia de una isla como Mallorca.
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