La primera vivienda unifamiliar con Calificación energética A en Mallorca
La calificación energética para edificios es una medida, utilizada cada vez más en países desarrollados, que valora la eficiencia energética de los edificios.
No obstante, el concepto de eficiencia energética es conocido ya por todos al tratarse de una característica obligatoria que debe contener todo electrodoméstico y que informa de forma objetiva sobre el consumo energético medio del mismo. Se ha comprobado que un electrodoméstico con calificación energética de Clase A supone un ahorro energético de aproximadamente un 45% respecto del mismo electrodoméstico pero de Clase E. Por tanto, esta información provee al consumidor de un dato esencial para conocer el grado de consumo energético que requiere el funcionamiento del electrodoméstico y por tanto el coste adicional al precio del mismo.
Exactamente lo mismo es aplicable a los edificios y, en concreto, a las viviendas. ¿Por qué hay viviendas donde siempre hace frío en invierno o calor en verano y requieren ser calefactadas o refrigeradas, según el caso, en exceso, con el consecuente pago de la factura a la compañía suministradora? En cambio, ¿Por qué hay otras que mantienen una temperatura aceptable con un uso mínimo o moderado de la calefacción o del aire acondicionado?. La calificación energética de una vivienda permite conocer y, en su caso, comparar la eficiencia energética de los edificios, es decir la capacidad de ahorro o gasto que tiene.
La normativa española prevé la calificación energética de los edificios desde el 2007, pero la clasificación exigida actualmente es mínima y además no existe una concienciación ciudadana al respecto, como sucede con los electrodomésticos. En el marco de la estrategia europea “horizonte 2020”se prevé, no obstante, un endurecimiento en la exigibilidad de la calificación energética de edificios con el objeto de que en el año 2020 todas las viviendas de nueva construcción tengan una calificación A ó B.
El proyecto de vivienda unifamiliar que os presento ha conseguido la calificación energética clase A, sin ser un prototipo de laboratorio imposible, invivible o estéticamente y funcionalmente ortopédico. La estrategia está en la orientación de la vivienda, seguido de una adecuada envolvente del edificio, es decir un estudio muy pormenorizado del aislamiento de suelos, muros y huecos, así como, la planificación de unos sistemas eficientes de producción de agua caliente sanitaria, calefacción y refrigeración.
La calificación energética clase A obtenida en este proyecto de vivienda, comparado con el mismo edificio sometido a condiciones climatológicas similares pero con una calificación energética mínima, supone sólo un incremento aproximado del 5% del conjunto del presupuesto de obra, arquitectura e instalaciones incluidas, y por supuesto asegura un ahorro anual de hasta un 90% en el coste de los consumos energéticos.
En conclusión, el pequeño esfuerzo que inicialmente supone el sobrecoste de una vivienda con una calificación energética Clase A, se compensa ampliamente a medio plazo haciendo un uso racional de los recursos energéticos, y además contribuye a la disminución de las emisiones de CO2, contribuyendo activamente a la mejora del medioambiente.
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