El Huerto Escolar, un recurso por descubrir. IV- Estudio del ecosistema. Segunda parte: factores biológicos del suelo y climatología.
El análisis del suelo (y sus características biológicas) y el clima, deben enfocarse de nuevo, desde una óptica pedagógica, basada en la metodología científica. Esto se traduce en ser metódicos a la hora trabajar, y no realizar ninguna tarea antes de observar y entender bien, qué tipo de ecosistema tenemos en nuestro terreno, previamente a que se convierta en nuestro Huerto.
Básicamente, el trabajo se reduce a estudiar 3 factores:
- Fauna.
- Flora espontánea.
- Climatología.
Es importante a la hora de estudiar estos aspectos, que los alumnos entiendan que no existen ni animales ni insectos “malos” así como tampoco “malas hierbas”. Cada uno de estos, intervienen en el medio de una manera u otra, e incluso su presencia puede ser muy positiva y reforzada por nuestra actuación. Somos nosotros los que vamos a intervenir en el medio, y al alterarlo, se producirán cambios.
Fauna:
Primero nos dedicaremos a estudiar qué animales tenemos en nuestro terreno. Para ello utilizaremos la observación directa, trampas, cebos, y mucha paciencia. En seguida descubriremos arañas, lombrices (ojalá!), mariquitas, moscas, escarabajos, pulgones…
Tras su observación podemos realizar un “bichario” para la clase, donde analizaremos cómo se comportan estos insectos y animales. Para ello trataremos de averiguar su nombre científico, y una vez catalogado, estudiaremos su relación con el ecosistema.
¿Estaba sólo o con más bichitos? ¿Vivía bajo tierra o en el envés de una hoja? ¿Era un lugar húmedo o seco? ¿Cómo y cuándo se reproduce? ¿Qué tipo de plantas u otros bichos come? ¿Qué efecto tendrá en nuestro futuro Huerto?
Mediante este estudio, pronto entenderemos las relaciones que se establecen entre los seres vivos, y conoceremos la magnífica labor de la mariquita comiendo pulgón o de la lombriz dando estructura a nuestros suelos.
*nota: un poco de azúcar en una cajita a ras de suelo, se convertirá en un reclamo estupendo para atrapar a nuestra fauna.
*nota 2: al final del post incluyo un par de referencias bibliográficas que ayudarán en este sentido.
Flora:
El estudio de la flora no sólo nos proporcionará información sobre el tipo de planta espontánea (es decir, que nosotros no hemos cultivado) que competirá con las de nuestro Huerto, sino que nos informa muy bien sobre las características edáficas (del suelo), a las que deberán adaptarse las plantas que vayan a cultivarse.
Me explico, las plantas espontáneas nos informan de manera indirecta sobre la estructura del suelo, su humedad, si es básico o ácido… si hace frío o calor.
La identificación de las plantas se puede realizar a través del método científico de catalogación, o podemos invitar a los mayores y paisanos de la zona a que nos expliquen qué nombre popular tiene cada planta y si tiene algún uso medicinal popular conocido. (en muchos casos nos encontraremos aromáticas y otro tipo de plantas medicinales en nuestro Huerto, magníficas para explorar más ámbitos de estudio tales como medicina, refranes y dichos populares, mitología asociada a las plantas….)
Una actividad altamente recomendable es la confección de un herbario donde guardaremos las plantas del terreno para identificarlas y estudiarlas con detenimiento. Existen guías de reconocimiento de plantas (incluyo bibliografía), muy útiles a tal efecto. Desde luego, una persona con experiencia también será de gran ayuda a este respecto.
Climatología:
Conocer el tipo de clima de nuestra zona será fundamental para conocer de antemano qué tipo de actuación debemos realizar para adecuar el calendario de siembra, recogida, etc a la vida real.
Como siempre, realizar las actividades con los alumnos, hará que ellos se sientan más partícipes del proceso, ¡¡¡¡y aprenderán más!!! Existe también la posibilidad de obtener los datos de un Observatorio Meteorológico cercano a nuestro terreno. Sin embargo, recomiendo la toma de datos directa por dos razones: es fácil y divertido, y las estaciones meteorológicas no están situadas exactamente en nuestro Huerto, y la orientación, tipo de árboles o arroyos cerca, etc… pueden desvirtuar los datos oficiales.
La recogida de datos puede y debe extenderse en el tiempo de tal manera que constituyamos un observatorio nosotros mismos. A raíz de los datos podemos realizar trabajos matemáticos tales como gráficas, tablas, curvas… métodos estadísticos…
Los parámetros a estudiar serán:
- Temperaturas máximas, mínimas y medias.
- Temperaturas instantánea a determinadas horas.
- Temperatura a nivel de suelo y temperatura a 1.5 metros.
- Períodos libres de heladas.
- Pluviometría (Cuándo llueve –nº de días al mes-; y en qué cantidades – máximas, mínimas y medias)
- Viento (intensidad, en qué fechas y en qué dirección)
Todos estos parámetros, ayudan muchísimo a la toma de decisiones, y nos permiten abordar temas de profundo conocimiento científico con medios muy sencillos como la observación y la recogida directa de datos. Ya en la Universidad, los ingenieros agrónomos aprendemos la importancia de los diagramas ombrotérmicos (fundamentales para conocer cómo se comportarán las plantas en un lugar) a partir de estas sencillas mediciones. ¡¡¡¡Animaos!!!
Bibliografía:
- Calabria García, M. Experimentos de biología (I,II,II) Editorial Akal, Madrid 1990
- Cañal del León, P. Investigando los seres vivos de la ciudad, Teide, Barcelona 1984
- Forsythe, T. Plagas de campo,CEAC, Barcelona 1992
- Jennings, T.El joven investigador (flores, semillas, animales de jardín) SM, Madrid 1986
- Insectos y arácnidos, Guías de Naturaleza Blume, Blume, Barcelona 1986
- Toharia, M. Meteorología popular, El observatorio ediciones, Madrid 1985
- Villarias, J, L. Atlas de la malas hierbas, Mundi Prensa, Madrid 1986
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