Argumentos a favor y en contra del proyecto hotelero en Es Trenc
El pasado 28 de abril, miles de personas formaron una cadena humana en la playa de Es Trenc para manifestar su frontal rechazo al proyecto de construcción de un complejo hotelero de 1.200 plazas, campo de golf e instalaciones polideportivas en la zona. El futuro establecimiento hotelero, que se situará en una área adyacente al Parque Natural d’Es Trenc Salobrar en la población de Sa Rápita, ha sido aprobado por el actual Govern Balear mediante la catalogación de ‘interés autonómico’, figura legal que reducirá a la mitad el tiempo de trámite y aprobación de licencias y que obvia que estará ubicado junto a un área de protección medioambiental.
La polémica está servida desde hace semanas, no sólo porque este proyecto no es el único que el Govern ha catalogado de ‘interés autonómico’ en diferentes zonas de costa en Baleares, sino también y sobre todo porque la playa d’Es Trenc es todo un símbolo para muchos mallorquines. En los años 80, mientras otros municipios de la isla se lanzaban al desarrollo turístico mediante la construcción de hoteles y numerosos establecimientos, este lugar se mantuvo virgen pese a los intentos de edificar un complejo de 200 apartamentos más un campo de golf por una promotora sueca. La iniciativa, igual que hoy en día, contó con defensores y detractores, pero finalmente se consumó una histórica victoria ecologista con la declaración de la zona como Área Natural de Especial Interés (ANEI) (paso previo a la catalogación de Espacio Natural protegido).
Como si de un déjà vu se tratase, el proyecto aprobado por el Govern en nuestros días ha desempolvado los mismos discursos que aportaban los pros y los contras del proyecto de la promotora sueca en los años 80. Un discurso que, en tiempos de crisis como el actual en donde las dificultades están más generalizadas, logran captar más adeptos entre aquellos que están a favor. Por el contrario, los movimientos ecologistas y ciudadanos que se levantaron ya hace 30 años para salvaguardar este reducto de costa virgen en Mallorca no han tardado en alzar otra vez su voz, en lo que promete ser una batalla social contra lo que consideran un nuevo atropello medioambiental en la isla. A continuación, os dejamos con algunos argumentos a favor y en contra del proyecto:
A FAVOR
- Un hotel de cinco estrellas con 1.200 plazas generará empleo estable directa e indirectamente, tanto en su construcción como en su gestión y funcionamiento.
- Un complejo de esta magnitud y nivel de servicios atraerá un turismo de calidad, de alto poder adquisitivo que generará beneficios tanto en el hotel como en el municipio adyacente.
- La obra no se desarrollará en el espacio protegido, sino en una zona adyacente que no influirá en el paisaje o la flora y fauna.
- En tiempos de crisis, un proyecto así ayudará a revitalizar y reactivar la economía y el flujo de capital.
- El conseller de Medio Ambiente del Govern, Gabriel Company, ha dicho recientemente que proteccionismo no equivale a prohibicionismo, tal y como confunden los movimientos ecologistas y que la ecología, como todo, debe ser rentable económicamente para ser rentable a largo plazo, defendiendo la construcción del hotel como un modelo para alcanzar dicha sostenibilidad económica.
EN CONTRA
- La generación de empleo estable en el turismo a través de vías como esta es un mito. En la mayoría de casos, se genera sobre todo el ligado a la construcción, generalmente temporal y de baja cualificación. Un complejo así, además, potenciaría el segmento vacacional de sol y playa, con una marcada estacionalidad que generaría empleo sólo en temporada.
- El turismo de calidad no se asegura con la construcción de más hoteles y ofertando más plazas. Mallorca cuenta con numerosos establecimientos de calidad y con plazas hoteleras y extrahoteleras más que suficientes. El turismo de calidad se logra diversificando la oferta, apostando por valorizar el patrimonio cultural y natural de la isla y apostando por productos que desestacionalicen la llegada de visitantes y, por tanto, ayuden a minimizar el impacto del turismo en los meses estivales.
- Todos los parques nacionales, naturales o, en general, protegidos deben tener claramente definido un espacio de influencia en su alrededor en donde también haya niveles suficientes de conservación de la flora, la fauna y los ecosistemas del territorio circundante para evitar, de este modo, que la protección del espacio natural no lo convierta en un enclave ajeno y extraño al entorno que lo rodea. La construcción del hotel está prevista en el área de influencia del Parque Natural, como el riesgo que por tanto ello conlleva para la zona protegida.
- Cabe preguntarse si reactivar la economía supone potenciar proyectos como este. El binomio construcción-turismo ha deteriorado numerosas zonas de la costa, no sólo mallorquina sino española en general. Además, los flujos de capital que se generan no siempre son locales y, con una inversión extranjera de por medio, los beneficios también se van al extranjero. En cambio, hay sectores innovadores como las renovables, las nuevas tecnologías o segmentos olvidados como el turismo rural que, tal vez, aglutinen más razones para ser activados sin tanto coste medioambiental o social.
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